Es fundamental contar con referencias fiables para medir nuestro progreso en el examen PIR. Por progreso entiendo, en este tipo de examen, conocimiento acumulado. Ya sabéis que llamo comprensión local a la integración entre conocimiento previo y el nuevo. No aspiramos a una comprensión profunda del temario, esto requeriría un tipo de estudio del que la Academia es incapaz de proporcionarnos y, además, resulta innecesario para la oposición.
Entonces, ¿cuáles son esas referencias fiables? En orden de fiabilidad:
- Comprueba tu conocimiento en las sucesivas evocaciones. Las que hacemos durante el estudio del tema y las que programamos en el futuro, más espaciadas. No es necesario esperar a examinarte de tu conocimiento vía preguntas tipo test.
- Preguntas tipo test del tema estudiado, pero de forma masiva. Esto es, una muestra de preguntas tal que permita comprobar tanto amplitud como profundidad. Esto se puede hacer con muestras de preguntas tipo Psicomagnum o con fichas ANKIs muy exhaustivas. Por esta vía necesitamos que las preguntas sean más difíciles (niveles de jerarquía inferiores) y más numerosas que las que tenemos acumuladas de años anteriores.
- Preguntas tipo test, de exámenes de convocatoria y simulacros de academia. El problema aquí es que la muestra, tema a tema, no suele ser representativa. Además, la dificultad varía mucho entre esos dos tipos de exámenes, entre simulacros de distintas academias y entre simulacros de una misma academia.
- Por eso me gusta seguir parámetros más fiables: i) % de preguntas acertadas de los temas que llevo estudiados en condiciones —no en modo academia—; ii) posiciones relativas que ofrecen las mismas academias —incluso de estas se puede hablar largo y tendido—; iii) comparación longitudinal entre los resultados de un mismo tipo de examen (convocatorias oficiales, academia X, academia Y, academia Z).
- Por las mismas razones, no considero necesario dedicar demasiado tiempo a la corrección de simulacros ni realizar un número excesivo de ellos. En su lugar, es más productivo invertir tiempo de calidad en el estudio que en corregir y memorizar errores. Las academias invitan a realizar muchas preguntas o simulacros para la misma función que cumple realizar evocaciones completas tema a tema. Algunas de vosotras ya habéis comprobado la diferencia abismal entre estos dos métodos.
- Si uno quiere como referencia este tipo de exámenes, puede encontrarse con la paradoja de que su número de aciertos disminuye mientras su conocimiento aumenta (como la cultura de fijarse en la posición relativa sigue sin extenderse demasiado, este fenómeno hace daño innecesariamente).
Por último, recordar un par de puntos cruciales antes de subir a examen:
- No existen las preguntas fuera de temario. Si acaso es fuera de lo que uno haya decidido que sean sus fuentes de contenido, pero literalmente al examen pueden entrar mucho más contenido de que lo que marcan las academias.
- Optimización del tiempo previo al examen. La ventaja de nuestro sistema de estudio, entre otras cuestiones, es que las últimas semanas las podemos dedicar a otras cosas que no son la memorística. Esto significa que podemos abarcar mucho contenido, leer con detenimiento temas importantes, confiando en que las decenas de evocaciones realizadas durante el año permiten reconocer preguntas (aunque haya decaído en algún grado la curva del olvido de cada tema).
- Desear un examen complicado. Cuanto mejor la preparación, más te interesa que el examen se complique. Así que uno no ha de desear necesariamente un mal llamado examen representativo, ni siquiera que sea fácil.
En definitiva, la clave para afrontar con éxito este tipo de exámenes radica en mantener un enfoque estratégico, basado en la evaluación continua de nuestro progreso, y es problemático basar esta evaluación en los resultados de los simulacros.